domingo, 16 de octubre de 2011

La Biblioteca Rafael Azcona no arranca

Hace unos días D. Eduardo Gómez escribía en su sección “A pie de calle” que había quedado “muy bien” la plaza creada en la parte de atrás de lo que “será la Biblioteca Rafael Azcona, pues mientras no se inaugure, no lo es todavía” (La Rioja, 15/10/2011, p. 18). Comparto la primera parte de su afirmación, pues efectivamente dicha plaza ha supuesto una mejora objetiva para el barrio, aunque al columnista le faltó añadir, seguramente por razones de espacio, que esta obra ha sido realizada gracias a la labor del gobierno municipal presidido por Tomás Santos y que, no por casualidad, no ha sido inaugurada por la nueva alcaldesa. Y digo que no por casualidad porque también ha habido otros logros debidos a la gestión de la anterior corporación municipal, como por ejemplo las escuelas infantiles de El Arco y El Cubo, que tampoco han merecido dicho honor, pasando su apertura totalmente desapercibida ante los medios de comunicación y opinión pública.

Sin embargo, disiento con la segunda parte de la aseveración del Sr. Gómez, pues la Biblioteca Rafael Azcona ya es una realidad, aunque todavía no ha sido inaugurada como es bien sabido. Y sostengo que es una realidad porque, como recordarán los lectores, dicha obra se terminó en marzo de este año, por lo que mucho nos tememos que, en el mejor de los casos, su apertura se retrasará más de un año en relación con dicha fecha de referencia.

La Biblioteca Rafael Azcona es una obra de ciudad, pues en su diseño y realización han estado implicadas varias administraciones municipales: desde la liderada por D. Julio Revuelta, que ideó para el viejo colegio Gonzalo de Berceo un centro cívico-cultural, hasta la presidida por Tomás Santos, que transformó dicho proyecto en una biblioteca municipal, puesto que la Ley de Bases de Régimen Local obligaba desde mediados de los ochenta a todos los Ayuntamientos a que tuvieran una biblioteca municipal. En este sentido, hay que subrayar que Logroño era junto con Soria y Segovia las únicas tres capitales de provincia que no tenían una biblioteca propia.

Dentro del largo proceso conducente a la construcción de la Biblioteca Rafael Azcona habría que recordar como un hito el pleno del Ayuntamiento de 6 de mayo de 2010 en el que todos los grupos municipales (el socialista, el riojano y el popular) votaron unánimemente a favor de la aprobación de la Memoria para la creación del Servicio de Biblioteca Municipal de Logroño en la que sucintamente se dibujaban las características de una auténtica biblioteca del siglo XXI.

Desgraciadamente, desde el 11 de junio la actual corporación no se ha destacado precisamente por dar nuevos pasos dentro de este proceso que estamos describiendo someramente. Más bien al contrario, en el pleno de julio de este año, se aprobó con nuestra oposición expresa la baja de una partida de 270.000 € prevista para contratar la empresa de servicios que habrá de gestionar la biblioteca; a lo largo del mes de agosto varios miembros del equipo de gobierno se han dedicado a buscar todo tipo de excusas para justificar la paralización de la apertura de este centro cultural; y todavía no se sabe qué va a hacer la señora Gamarra con los 280.000 € que tiene presupuestados para comprar equipamiento informático y técnico ni con los 150.000 que también tiene en el presupuesto de este año para comprar libros.

Como titulaba doblemente hace unas fechas un medio de comunicación: “Gamarra se desinfla” o, mejor aún desde la perspectiva del tema que nos ocupa, “Cuca Gamarra no arranca”. Y, desgraciadamente, la Biblioteca municipal tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario