sábado, 2 de abril de 2011

La decisión de Zapatero

El anuncio hecho hoy por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que no va a ser el candidato del PSOE en las elecciones generales de 2012 ha sido a mi juicio sumamente positivo y ello por varias razones:

Primeramente, porque contiene al menos dos elementos que refuerzan la calidad democrática de nuestro país, tan necesitada de ello especialmente en ciertos territorios como el nuestro, La Rioja. En efecto, el hecho de que el mandato de Zapatero se vaya a limitar a ocho años indica que al menos en este aspecto se está consolidando dicha calidad democrática, tras el precedente de José María Aznar. Además, y éste sería el segundo elemento, el sucesor de Zapatero no se va a designar a dedo (el "dedazo") como hizo en su momento Aznar con Mariano Rajoy, sino que se va a realizar a través de un proceso de elecciones primarias. Éstas tendrán lugar después de las elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo, de forma que los candidatos del PSOE y los ciudadanos podrán centrarse en los problemas reales de las CCAA y de las ciudades y no en falsas polémicas.

En segundo lugar, la decisión de Zapatero desarma la estrategia del Partido Popular de convertir de forma torticera dichas elecciones autonómicas y locales en un plebiscito sobre el propio presidente del Gobierno. Una vez que éste ha anunciado que no va a repetir, dicha consulta de facto ya no tiene sentido.

En tercero, el presidente del Gobierno ha anunciado que va a seguir gobernando y tomando decisiones hasta el año 2012, de forma que la lucha contra la crisis económica y su salida está garantizada en los próximos meses. Y ello a pesar de que los primeros aliados de la "Gran recesión" han sido los dirigentes del PP que han contribuido notablemente a crear un clima de pesimismo en nuestro país.

En cuarto, la reacción del Partido Popular, basada en la aplicación del viejo principio del doble rasero, pone de manifiesto que la decisión de Zapatero les ha hecho daño en términos políticos. El que el PP pida unas elecciones anticipadas no tiene ni pies ni cabeza. ¿Por qué no se las pidieron a Aznar cuando éste nombró a dedo, como hemos dicho más arriba, a Rajoy? Aznar siguió siendo presidente hasta el fatídico 11-14M y es lógico que Zapatero lo siga siendo hasta la finalización de su mandato, pues tiene legitimidad democrática para ello. Si el PP y Rajoy están en desacuerdo con todo lo anterior que presenten una moción de censura y que dejen de amagar.

En suma, Zapatero continúa un camino iniciado ya por Aznar, es decir, el establecimiento de facto de mandatos de ocho años como mucho para los presidentes del Gobierno. Esta medida cualitativa marcará una impronta para futuros jefes del ejecutivo y es de esperar que sea de aplicación, mejor legalmente, a éstos, a los presidentes de las Comunidades Autónomas (entre ellos, el de la Comunidad Autónoma de La Rioja que va para dieciséis años y todavía quiere serlo otros cuatro más: ¡toda una "dictadura electa"!) y a los alcaldes (recuérdese que el alcalde de Logroño, Tomás Santos, ya ha anunciado que, si obtiene el apoyo de los ciudadanos en las próximas elecciones, sólo estará al frente de la alcaldía ocho años). Como hemos dicho en alguna otra ocasión, en un sistema democrático todos los ciudadanos son iguales en términos políticos y los presidentes del Gobierno, de las Comunidades Autónomas y alcaldes también. Nadie es imprescindible, salvo los propios ciudadanos soberanos.

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